Existen diferentes tipos de craquelado que se pueden utilizar para lograr distintos efectos y estilos decorativos. A continuación, mencionaremos algunos de los más comunes:
Craquelado natural: Este tipo de craquelado se produce de forma espontánea a lo largo del tiempo debido a la contracción y expansión natural de los materiales. Es común verlo en objetos antiguos o en superficies expuestas a cambios climáticos constantes.
Craquelado por contraste: Este tipo de craquelado se crea utilizando dos capas de pintura de diferentes colores. La capa superior se aplica en una dirección y, al secarse, se agrieta revelando el color de la capa inferior. El contraste entre los dos colores crea un efecto llamativo.
Craquelado al agua: También conocido como “craquelado decoupage“, se realiza utilizando cola blanca y agua. Se aplica una capa de cola diluida sobre la superficie y, al secarse, se forman pequeñas grietas. Luego se aplica una capa de pintura y, al secarse, las grietas se llenan de color.
Craquelado con barniz: Este tipo de craquelado se logra mediante la aplicación de un barniz craquelador especial sobre la superficie. Al secarse, el barniz se contrae y se agrieta, creando un efecto craquelado. Se puede aplicar pintura en las grietas para resaltar el efecto.
Craquelado por calor: Utilizado principalmente en cerámica, este tipo de craquelado se logra sometiendo la pieza a cambios bruscos de temperatura. Se aplica una capa de esmalte sobre la cerámica y luego se calienta rápidamente, lo que provoca que se agriete y se formen los patrones craquelados.
Estos son solo algunos ejemplos de los tipos de craquelado que existen. Cada uno ofrece resultados únicos y puede adaptarse a diferentes proyectos y estilos de decoración. El acabado craquelado es una técnica versátil y popular que brinda un toque de autenticidad y encanto a cualquier superficie, y la buena noticia es que ya existen productos que te pueden dar los mismos efectos sin complicaciones de tiempo o técnica como es el caso de Crakelatec de Adhetec.