Los repelentes de agua para paredes son productos diseñados para proteger las superficies verticales de la penetración de agua. Estos productos forman una barrera invisible que evita que la humedad se filtre, manteniendo las paredes secas y libres de daños.

1. Protección contra la humedad: Al evitar la penetración de agua, se reduce el riesgo de moho, hongos y eflorescencias, que pueden dañar la estructura y la estética de las paredes.
2. Aumento de la durabilidad: Las superficies tratadas con repelentes de agua son más resistentes a las inclemencias del tiempo, lo que prolonga la vida útil de los materiales.
3. Mantenimiento de la apariencia: Al prevenir manchas y decoloraciones causadas por la humedad, las paredes mantienen su aspecto original por más tiempo.
4. Mejora del aislamiento térmico: Las paredes secas ofrecen mejor aislamiento térmico, contribuyendo a la eficiencia energética del edificio.

1. Repelentes de base acuosa: Son fáciles de aplicar y seguros para el medio ambiente. Ideales para superficies porosas como ladrillo, piedra y concreto.
2. Repelentes de base solvente: Ofrecen una mayor penetración y durabilidad. Recomendados para superficies menos porosas o en condiciones climáticas extremas.

• Tipo de superficie: Considera el material de la pared (ladrillo, concreto, piedra, etc.) y su porosidad.
• Condiciones climáticas: Si el área está expuesta a climas extremos o a mucha lluvia, opta por un producto de mayor durabilidad.
• Facilidad de aplicación: Algunos productos son más sencillos de aplicar que otros. Los repelentes de base acuosa, por ejemplo, suelen ser más fáciles de manejar.

1. Preparación de la superficie: Asegúrate de que la pared esté limpia y seca. Elimina polvo, suciedad, moho o cualquier residuo que pueda impedir la correcta adherencia del producto.
2. Protección de áreas circundantes: Cubre ventanas, puertas y cualquier área que no desees tratar para evitar manchas.
3. Aplicación del repelente: Sigue las instrucciones del fabricante. Usualmente, los repelentes se aplican con brocha, rodillo o pulverizador. Asegúrate de cubrir la superficie de manera uniforme.
4. Secado y curado: Deja que el producto se seque completamente. El tiempo de secado puede variar según el tipo de repelente y las condiciones climáticas.

Mantenimiento de superficies tratadas

Aunque los repelentes de agua son duraderos, es importante revisar periódicamente las paredes tratadas y reaplicar el producto según sea necesario para mantener la protección efectiva. La frecuencia de reaplicación dependerá del tipo de repelente y de las condiciones a las que esté expuesta la superficie.