Existen en el mercado dos variantes de junteadores o productos para emboquillar, los que tienen arena y los que no la tienen. Como regla general, los que tienen arena están pensados para lo que antes era considerado una junta “estándar” de 6 a 8 mm de espesor y las boquillas sin arena están pensadas para lograr separaciones más pequeñas, de 3 o menos milímetros, que no tengan jerarquía en el diseño final de nuestro acabado.
Como se dijo anteriormente cada vez más se busca que la junta sea lo más delgada posible y para esto es importante revisar cuál es el espesor mínimo recomienda cada fabricante de piezas cerámicas y cuáles son nuestras expectativas acerca del aspecto final de nuestro acabado, una junta muy dominante, quizás de otro color que enmarque nuestras piezas, o separaciones más bien delgadas para que lo que predominante en el acabado sea la textura de nuestro material.
Por último, hay que remarcar de nuevo que no se debe emboquillar con cualquier producto como cal, yeso, cemento o mortero, ya que cada uno de estos tiene una finalidad en específico y les aseguro que ninguno incluye absorber movimientos térmicos o estructurales.