En los procesos de construcción siempre existen pasos que la gente no familiarizada con la industria de la construcción podría ignorar, tal es el caso del repellado.
En este tema particular es importante decir que el repellado y el aplanado son diferentes técnicas. El repellado es usado como revestimiento de un muro, es decir directamente sobre la mampostería, a diferencia del aplanado que es el acabado fino en el muro que previamente recibió el revoque a la capa de mortero. Por tanto, si tuviéramos que enumerar pasos; el repello es el paso uno y el aplanado el paso dos.
Originalmente y antes de que existieran repellos listos para su aplicación se utilizaban mezclas hechas por los propios maestros albañiles con mortero, cal, arena y agua en diferentes proporciones. Podemos decir que la principal función del repellado es preparar la superficie de un muro para recibir algún tipo de acabado, llámese pintura, pasta, piedra natural o losetas cerámicas. Debe ser aplicado con llana lisa, en capas homogéneas, dejando secar entre una y otra hasta llegar al espesor deseado y así poder asegurar la mejor adherencia del recubrimiento.